Jair Valdés.
Me
acuerdo de ti, mientras leo, mientras caen las primeras gotas de la noche. Eres
la síntesis de las ilusiones, la idea de un personaje y la visualización de
este en esa novela que lleva guardada años, pero donde ya apareces tal como
eres.
Llevas
en tu mochila utópica ese simpático paraguas, ¡Detienes la lluvia!, te dotas de sombra
cuando el intenso sol cae sobre la isla, ¡detienes la caída constante de
meteoros amorfos!, detienes las palabras, las ideas, las frases, los versos, es
tu propio campo de fuerza.
Creas
un mundo debajo de esa sombrilla, mundos alternos acontecen sin detenerse. A
veces, en esos mundos juegan los niños; ríen, piensan, suspiran, a veces también
en ese mundo, por debajo surge la risa extraña, el silencio que ahoga preguntas, frío y fuego.
Me
he quitado el saco, la corbata, la camisa y lo cambio por unos jeans negros, una playera negra, tenis
negros, y he decidido salir para ser uno con la lluvia, con la tormenta que cae
esta noche, deje el paraguas a un lado, deje la bicicleta chismosa de
historias, deje los teléfonos y deje los inservibles pesos de mi cartera.
Y camino.
Camino en paz a ritmo distinto al de la lluvia, lluvia que parece apresurarse
por desahogarse de las nubes grises, nueves tristes y grises que llora la
noche. Camino la calle negado a ser un hombre gris, prefiero ser como Momo,
caminando y soñando con Casiopea.
Soy
de esos locos que pueden caminar serenos bajo la cascada general de la lluvia,
soy de esos locos que incluso necesitan meditar mientras los truenos gritan,
mientras la tormenta azota, mientras el mundo mío se derrumba.
Soy
de esos locos que piensan que las cosas más imposibles son posibles, soy de
esos que no tienen nada pues encuentran en lo más simple lo más bello.
Soy
de aquellos quienes deciden no comprar automóvil para invertir en lecturas, en
música, educación, conciertos, comida, café, pulque, tinto o champaña.
Soy
de esos locos que volteas a mirar y te preguntas ¿Qué le pasa a ese hombre que
en medio del jardín, iluminado por las lámparas
amarillas, se moja mirando al cielo?
Soy
de esos locos que colecciona instantes, que recurre a su mente para pensar en
sus amigos y familiares, quien decide pensarlos en vez de checarlos por Facebook y quien decide
llamarlos para sentirlos cerca.
La
lluvia esta deliciosa, mi baño astral ha concluido, mi mente ha resuelto
escribir, leer noticias, ver ese juego de hombres despreocupados y adinerados
tras un balón, terminar el trabajo que califica mi avance constante, beber
café, porque el tiempo y el espacio son relativos y todo se puede incluso quizá
pensarte, soñarte: CALLARME.
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