miércoles, 7 de mayo de 2014

Relato de una noche con lluvia.

Jair Valdés.


Me acuerdo de ti, mientras leo, mientras caen las primeras gotas de la noche. Eres la síntesis de las ilusiones, la idea de un personaje y la visualización de este en esa novela que lleva guardada años, pero donde ya apareces tal como eres.

Llevas en tu mochila utópica ese simpático paraguas,  ¡Detienes la lluvia!, te dotas de sombra cuando el intenso sol cae sobre la isla, ¡detienes la caída constante de meteoros amorfos!, detienes las palabras, las ideas, las frases, los versos, es tu propio campo de fuerza.

Creas un mundo debajo de esa sombrilla, mundos alternos acontecen sin detenerse. A veces, en esos mundos juegan los niños; ríen, piensan, suspiran, a veces también en ese mundo, por debajo surge la risa extraña, el silencio que ahoga preguntas, frío y fuego.

Me he quitado el saco, la corbata, la camisa y lo cambio por  unos jeans negros, una playera negra, tenis negros, y he decidido salir para ser uno con la lluvia, con la tormenta que cae esta noche, deje el paraguas a un lado, deje la bicicleta chismosa de historias, deje los teléfonos y deje los inservibles pesos de mi cartera.

Y camino. Camino en paz a ritmo distinto al de la lluvia, lluvia que parece apresurarse por desahogarse de las nubes grises, nueves tristes y grises que llora la noche. Camino la calle negado a ser un hombre gris, prefiero ser como Momo, caminando y soñando con Casiopea.

Soy de esos locos que pueden caminar serenos bajo la cascada general de la lluvia, soy de esos locos que incluso necesitan meditar mientras los truenos gritan, mientras la tormenta azota, mientras el mundo mío se derrumba.

Soy de esos locos que piensan que las cosas más imposibles son posibles, soy de esos que no tienen nada pues encuentran en lo más simple lo más bello.

Soy de aquellos quienes deciden no comprar automóvil para invertir en lecturas, en música, educación, conciertos, comida, café, pulque, tinto o champaña.

Soy de esos locos que volteas a mirar y te preguntas ¿Qué le pasa a ese hombre que en medio del jardín, iluminado por  las lámparas amarillas, se moja mirando al cielo?

Soy de esos locos que colecciona instantes, que recurre a su mente para pensar en sus amigos y familiares, quien decide pensarlos en vez  de checarlos por Facebook y quien decide llamarlos para sentirlos cerca.

La lluvia esta deliciosa, mi baño astral ha concluido, mi mente ha resuelto escribir, leer noticias, ver ese juego de hombres despreocupados y adinerados tras un balón, terminar el trabajo que califica mi avance constante, beber café, porque el tiempo y el espacio son relativos y todo se puede incluso quizá pensarte, soñarte: CALLARME.