jueves, 6 de febrero de 2014

El Fracaso de la Educación.

Jair Valdés.

El conocimiento y la información así como la forma en cómo se enseña o se transmiten los conocimientos, las ideas, la cultura, el arte, la técnica adquieren un significado importante no solo en los últimos días sino a lo largo de la historia, esto es lo que nos ha permitido evolucionar.

La educación permite al hombre transformar su medio ambiente, obtener beneficios de este, medir y cuantificar los resultados positivos o negativos que sus acciones provocan, la educación nos permite entender la historia del hombre, saber que alimentos consumir para nuestra salud, incluso nos permite ser consumidores responsables.

El ideal de la educación sería el sano convivió entre los seres humanos, un idealismo mágico bajo la mirada de la misma pedagogía que entendiendo el contexto educativo desde diferentes ángulos, líneas, materias y teorías nos hace mirar la realidad desde una mirada consiente y madura, ya que debemos tomar en cuenta los aspectos del sistema educativo, la economía, la historia, la sociología, la filosofía y la psicología.

La psicología por ejemplo nos aterriza mucho, nos enfoca y derrumba sanamente ideales muy bellos que pretendemos realizar desde la trinchera de la educación, pero que son ilusiones posibles de convertir en realidad, si no dejamos de tomar en cuenta, el lado oscuro, perverso, incluso corrupto que llegamos a esconder como seres humanos.

Hoy en día en que la OCDE, la UNESCO, y la chiquillada de organizaciones que trabajan en el ámbito educativo incluida la SEP, todas pretenden evaluar, calificar sin darse cuenta o queriendo borrar esta idea, es más que ni se piense, el fracaso mismo de la educación, todos pueden ser sujetos del fracaso cuantificable, alumnos, maestros, padres, profesionistas, pero la gran verdad es que si se mide objetivamente como un todo, podemos decir que la educación ha fracasado, se que no me entienden muy bien ahora, pero les iré explicando.

Nos encontramos en un momento histórico sin precedentes en cuanto a la cantidad de información que recibimos, buscamos y obtenemos, sin embargo la información no es entendida, valorizada, dimensionada y utilizada para beneficio de los Seres humanos, las especies y el medio ambiente.

En muchos sentidos podemos decir que estamos fracasando en la forma en como estamos transmitiendo el conocimiento, pero no solo eso, estamos fracasando en cómo hacer lógico, significativo y congruente lo que enseñamos en cualquier área del conocimiento ya que se ha perdido el humanismo, la participación social, se ha dejado de sembrar la semilla de cambio y se siembra ahora la semilla del éxito personal, se institucionaliza el individualismo-colectivo y se entierra la diversidad-solidaria.

La educación hoy persigue dotar de competencias a los individuos para que logren ser eficientes en el ambiente laboral, lo cual es correcto, pero se han depurado los conocimientos, se están enfocando en medir y calificar el aprendizaje fomentando el dogmatismo, la memorización, la obtención de buenos resultados sin importar la calidad educativa.

La educación ambiental ha fracasado tal como la educación misma ha fracasado en el sentido de transformar y evolucionar  para beneficio de los seres humanos, de los lugares que habitamos, de los recursos que obtenemos, del sano convivio en sociedad.

Ya no se imparten las materias de lógica, ética, civismo, se cierran facultades y universidades y se multiplican los tecnológicos, la gente sigue leyendo el mismo promedio de libros al año.
Ha fracasado la formación y divulgación de valores en la familia, ha fracasado la educación ambiental, ha fracasado la educación sexual, hoy en día en el siglo XXI seguimos siendo racistas, especistas, sexistas, seguimos cometiendo homicidio, genocidio y ecocidio, el desempleo, la drogadicción y la depresión reinan.

Contamos con una gran cantidad de información, contamos con herramientas tecnológicas que nos permiten generar, transmitir, obtener y provocar aprendizaje, pero fracasamos pues vivimos en un mundo más violento, más insensible en un mundo donde aún existe el racismo, el especismo y la explotación laboral. En un planeta tierra donde el homicidio, genocidio y ecocido no se detiene.

Es por esto que debemos replantear la forma en como transmitimos la información, la forma en como enseñamos y provocamos el aprendizaje. Afortunadamente se están logrando cambios, se ésta abriendo brecha, se están transformando y revolucionando las personas gracias a la transformación de su pensamiento y no precisamente hoy, estoy hablando de cambios en la forma de pensar a lo largo de la historia del ser humano que nos han permitido llegar hasta el punto actual e incluso proyectarnos 100 años en el futuro.

Este cambio responde al reconocimiento de las fallas, errores y fracasos de la educación para reformarla, para replantear la forma en como decidimos enseñar, en la elección de modelos pedagógicos congruentes, que permiten al individuo crecer, aprender y ser feliz, que le permiten al individuo estar en armonía con su entorno.

Una educación que no fomente, sostenga y consolide la falsa idea del éxito y la felicidad por los resultados, por lo que se obtiene y por lo que se logra sin importar bajo que circunstancias se logre.

Estudiamos para generar y obtener bienestar, para luchar por sueños y concretar ideas.
Si no reconocemos que la educación como se ésta dando en los últimos años no ésta permitiendo generar y obtener bienestar para los seres humanos en un equilibrio estable con la naturaleza, entonces estamos estancados como especie.




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