Jair Valdés.
El conocimiento y la información así como la forma en
cómo se enseña o se transmiten los conocimientos, las ideas, la cultura, el
arte, la técnica adquieren un significado importante no solo en los últimos
días sino a lo largo de la historia, esto es lo que nos ha permitido
evolucionar.
La educación permite al hombre transformar su medio
ambiente, obtener beneficios de este, medir y cuantificar los resultados
positivos o negativos que sus acciones provocan, la educación nos permite
entender la historia del hombre, saber que alimentos consumir para nuestra
salud, incluso nos permite ser consumidores responsables.
El ideal de la educación sería el sano convivió entre los
seres humanos, un idealismo mágico bajo la mirada de la misma pedagogía que
entendiendo el contexto educativo desde diferentes ángulos, líneas, materias y
teorías nos hace mirar la realidad desde una mirada consiente y madura, ya que
debemos tomar en cuenta los aspectos del sistema educativo, la economía, la
historia, la sociología, la filosofía y la psicología.
La psicología por ejemplo nos aterriza mucho, nos enfoca
y derrumba sanamente ideales muy bellos que pretendemos realizar desde la
trinchera de la educación, pero que son ilusiones posibles de convertir en
realidad, si no dejamos de tomar en cuenta, el lado oscuro, perverso, incluso
corrupto que llegamos a esconder como seres humanos.
Hoy en día en que la OCDE, la UNESCO, y la chiquillada de
organizaciones que trabajan en el ámbito educativo incluida la SEP, todas
pretenden evaluar, calificar sin darse cuenta o queriendo borrar esta idea, es
más que ni se piense, el fracaso mismo de la educación, todos pueden ser
sujetos del fracaso cuantificable, alumnos, maestros, padres, profesionistas,
pero la gran verdad es que si se mide objetivamente como un todo, podemos decir
que la educación ha fracasado, se que no me entienden muy bien ahora, pero les
iré explicando.
Nos encontramos en un momento histórico sin precedentes
en cuanto a la cantidad de información que recibimos, buscamos y obtenemos, sin
embargo la información no es entendida, valorizada, dimensionada y utilizada
para beneficio de los Seres humanos, las especies y el medio ambiente.
En muchos sentidos podemos decir que estamos fracasando
en la forma en como estamos transmitiendo el conocimiento, pero no solo eso,
estamos fracasando en cómo hacer lógico, significativo y congruente lo que enseñamos
en cualquier área del conocimiento ya que se ha perdido el humanismo, la
participación social, se ha dejado de sembrar la semilla de cambio y se siembra
ahora la semilla del éxito personal, se institucionaliza el
individualismo-colectivo y se entierra la diversidad-solidaria.
La educación hoy persigue dotar de competencias a los
individuos para que logren ser eficientes en el ambiente laboral, lo cual es
correcto, pero se han depurado los conocimientos, se están enfocando en medir y
calificar el aprendizaje fomentando el dogmatismo, la memorización, la
obtención de buenos resultados sin importar la calidad educativa.
La educación ambiental ha fracasado tal como la educación
misma ha fracasado en el sentido de transformar y evolucionar para beneficio de los seres humanos, de los
lugares que habitamos, de los recursos que obtenemos, del sano convivio en
sociedad.
Ya no se imparten las materias de lógica, ética, civismo,
se cierran facultades y universidades y se multiplican los tecnológicos, la
gente sigue leyendo el mismo promedio de libros al año.
Ha fracasado la formación y divulgación de valores en la
familia, ha fracasado la educación ambiental, ha fracasado la educación sexual,
hoy en día en el siglo XXI seguimos siendo racistas, especistas, sexistas,
seguimos cometiendo homicidio, genocidio y ecocidio, el desempleo, la
drogadicción y la depresión reinan.
Contamos con una gran cantidad de información, contamos
con herramientas tecnológicas que nos permiten generar, transmitir, obtener y
provocar aprendizaje, pero fracasamos pues vivimos en un mundo más violento,
más insensible en un mundo donde aún existe el racismo, el especismo y la
explotación laboral. En un planeta tierra donde el homicidio, genocidio y
ecocido no se detiene.
Es por esto que debemos replantear la forma en como
transmitimos la información, la forma en como enseñamos y provocamos el
aprendizaje. Afortunadamente se están logrando cambios, se ésta abriendo
brecha, se están transformando y revolucionando las personas gracias a la transformación
de su pensamiento y no precisamente hoy, estoy hablando de cambios en la forma
de pensar a lo largo de la historia del ser humano que nos han permitido llegar
hasta el punto actual e incluso proyectarnos 100 años en el futuro.
Este cambio responde al reconocimiento de las fallas,
errores y fracasos de la educación para reformarla, para replantear la forma en
como decidimos enseñar, en la elección de modelos pedagógicos congruentes, que
permiten al individuo crecer, aprender y ser feliz, que le permiten al
individuo estar en armonía con su entorno.
Una educación que no fomente, sostenga y consolide la
falsa idea del éxito y la felicidad por los resultados, por lo que se obtiene y
por lo que se logra sin importar bajo que circunstancias se logre.
Estudiamos para generar y obtener bienestar, para luchar
por sueños y concretar ideas.
Si no reconocemos que la educación como se ésta dando en
los últimos años no ésta permitiendo generar y obtener bienestar para los seres
humanos en un equilibrio estable con la naturaleza, entonces estamos estancados
como especie.
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