viernes, 13 de diciembre de 2013


Pasaba por aquí:  #PosMeSalto

Jair Valdés.

Desobediencia, resistencia, cambio.

Debo confesar que estaba escuchando a Luis Eduardo Aute, “Pasaba por aquí” y aunque resulte ridículo (La palabra por excelencia para este ensayo) me inspire a escribir.

Para un gran entendido de masa social, brincarse los torniquetes del metro, gritar en marchas y plantones, estar inconforme con las políticas públicas que perjudican a la Nación y su Sociedad puede resultar ridículo.

Si bien Sigmund Freud escribió excepcionalmente sobre el comportamiento harto distinto del sujeto en lo individual y su comportamiento en la masa, los actos en sí mismos de rebeldía no justifican del todo un cambio en la persona o de personalidad, uno llega o uno se suma porque realiza una evaluación contextual de las cosas.

A los medios de comunicación les gusta jugar y poner en evidencia a las personas que motivados por la masa asisten a manifestarse y llegan agresivos y empujando el micrófono preguntando la razón del porque se están manifestando, el resultado se proyecta en las pantallas con bombo y platillo, ese resultado es la respuesta de la persona con un “No sé”

Pero lo cierto es que si sabemos porque estamos ahí, tomando de nuevo en cuenta aspectos del psicoanálisis y de su padre Sigmund Freud, todo el tiempo o la mayor parte de este, el ser humano se proyecta y lanza mensajes en espera de respuesta, a veces enviamos mensajes o realizamos actos dejándonos llevar más por el corazón, si con razón, pero a veces con miedo a las respuestas, es así que un joven puede decirle en un “oye” a una mujer que la quiere, que la aprecia, que desea pasar tiempo con ella, pero cuando ella responde: “Mande” la mayor de las veces la respuesta es nada o no sé…

De igual forma en el sentido de la protesta social, actuamos porque sabemos que algo no funciona, no cuadra, no resulta, queremos cambios, paz, libertad y justicia, equidad e igualdad y ciertamente animados por la masa acudimos, a veces no tenemos conocimiento teórico de la justificación de un acto de resistencia o protesta, y es por eso que algunas personas responden no sé, o como respuesta programada por el miedo y la incertidumbre de equivocarse.

Para la sociedad resulta ridículo todo lo que no comprende, todo lo que se sale de su entendimiento, porque bueno a final de cuentas, se enseña en la familia, la religión, la escuela y la sociedad a no salir de lo normal, porque ya la vida es así, porque ya no se pueden hacer cambios.


Lo cierto es que muchas veces nos iniciamos así en muchas cosas, con miedo, tibios, con escudos, con los ojos vendados, decidimos tomar ese tercer camino desconocido del bosque, brincar esa ola rebelde del mar, mirar la luna y decirle cuanto la quieres, pero poco a poco uno se transforma, es un proceso individual, resultado de un largo proceso, precisamente por esto, no parece haber respuesta de la gente en las manifestaciones, actos de resistencia y desobediencia, pero si existen, si se dan, cada día una persona deja de comer carne por su salud, la del mundo y la de la economía, cada momento un joven se vuelve más crítico, cada día se enamoran más comprometidamente las personas, se levanta la bandera de la fidelidad y el respeto, se intercambia el producto y no se compra, se suman más a un #PosMeSalto, a un #132,  a un acto de fe, cada día, cada día, cada día…





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