Ensayo de una noche.
Jair Valdés.
Con mucho cariño para todos los que me rodean.
Me
encuentro inventando mi noche, escuchando la música rebelde, leyendo el poema
rebelde, y mirando la página de mi amiga rebelde.
Me
duele todo el cuerpo, el cerebro, el pecho, la espalda, el brazo, la mirada y
el pensamiento.
Ya
tome una vitamina E, otras dos aspirinas, café, agua, una copa de vino que
escondo en mi cava que es mi closet donde entre ropa guardo secretos, ya vi el vídeo de los tres caballeros y todo
esto me ha brindado la fuerza necesaria para poder escribir, mientras me punza
la cabeza, se me adormece el brazo y me tira la realidad.
Tal
ves es tanta información, tanto trabajo, tanto leer, tanto querer, tal ves es
mi vida en un café espresso.
Trato
de escribir el ensayo de esta noche, donde están presentes muchas cosas en mi
imaginario, trato de vincular muchas cosas, trato de comprender que me falta
por hacer, ¿dónde y cuándo debo parar? No pesan algunas victorias, pero algunas
veces no me saben.
Hoy
en el inicio de esta noche también logro entender lo maravilloso del soplo de
vida, y es que cuando nos miramos los unos a los otros, logramos mirarnos el
alma, nada es el cuerpo, nada es la materia sin esa sustancia, sin ese elemento
que nos permite, reír, soñar, amar, besar, desear, rezar, creer, tener fe, ver en esa niña lo que nadie más logra ver, ver
en ese amigo lo que pocos pueden entender.
Cuando
el alma se desprende del cuerpo, cuando la vida nos deja, somos increíblemente
plásticos, conjunto de carbón, calcio y agua sin vida que pronto abandona el
cuerpo.
Pero
no quiero alejarme de esta noche y lo que me tiene aquí tecleando en esta
laptop rota, que me acompaña por rutas sabidas y a destinos inesperados que muchas
veces surgen de la necesidad de brindarnos unas horas con el otro para conocernos
mejor.
Caminos
con desconocidos, y sin embargo momentos únicos que te pueden llevar a realizar
acciones completamente nuevas, fuera de planes y jamás pensadas.
Me
sigo desviando de lo que me motiva esta noche a escribir el ensayo de una noche
cuyo titulo original era ensayo de una mujer, y este a su vez oculta nuevamente
el titulo que solo mi mente quiere escuchar y plasmar, tal ves mi razón guarda
esto para reservarlo a los sueños.
Gracias.
Los
quiero.
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